HACE CASI DIEZ AÑOS ESCRIBI LO QUE SIGUE. HOY LO LEO Y TODAVÍA CREO QUE MANTIENE SU VIGENCIA: (A CONTINUACIÓN LA CITA TEXTUAL)
Estuve viendo en la sección estadisticas cuales son las fuentes de
trafico que dirigen a mi blog, las mas repetidas son la que provienen de
la busqueda en google de la frase "texto de Roberto Arlt". Esa gana por
goleada (es la dirige al post del texto la terrible sinceridad), en
segundo lugar la busqueda en google de la frase "Quilmes Stout y Quilmes
Bock" que dirige al post sobre dichas variedades de cerveza. Lo que me
causa gracia es que si quiero incrementar el numero de visitas casuales
que recibe mi blog tengo que usar titulos que sean gancheros jaja.
Obviamente esos visitantes no quieren entrar a mi blog pero tal vez
alguno lo haga por equivocación o por curiosidad. La reflexión de fondo
de esta anécdota es transferible a cualquier acto de escritura ya sea de
ensayo o de ficción: ¿hasta que punto un escritor debe DEJARSE
determinar por lo que intuye que espera el publico? ¿aquello que
finalmente ofrece en calidad de autor es lo mismo que desearía recibir
en calidad de lector? ¿o no importa lo que prefiera el escritor, sino la
cantidad de lectores que puede atraer?
posdata: el título de
este post no tiene nada que ver con el contenido pero seguramente
servirá para convocar muchas visitas ¿no les parece?
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